Domingo 16 de mayo de 2010
GUANAJUATO. La Arquidiócesis de León avaló el anexo implicado en maltrato, lesiones y abusos sexuales en agravio de menores del barrio de San Juan de Dios, promoviéndolo en las hojas pastorales que se distribuyen en las misas y con guías espirituales.
María Lidia, desesperada por el problema de alcoholismo de su hijo José, encontró una salida al recibir la hoja pastoral en el templo del Niño Obrerito.
Entre imágenes religiosas y frases bíblicas vio el recuadro promocional del Centro de Orientación y Lenguaje de la Mujer, que cita como asesor parroquial al padre Eduardo Contreras.
El 25 de abril habló al teléfono ahí descrito, llegó a un arreglo con el encargado del anexo, Joel Belmonte, y ese mismo día internaron a su hijo de 18 años, quien el domingo pasado huyó del lugar con marcas de violencia en el cuerpo.
Belmonte le ofreció que curarían a su hijo del alcoholismo con la palabra de Dios y siguiendo los 12 pasos de doble A, explicó la mujer.
Pagó 500 pesos de inscripción y 170 pesos más por una despensa y medicamentos semanales. Durante tres semanas no vio a su hijo, hasta que el domingo pasado él volvió con moretones, descalzo y sin camisa.
El vocero de la Arquidiócesis, Jorge Raúl Villegas Chávez, permitió la difusión del Centro de Orientación y Lenguaje de la Mujer en el volante religioso, en el que aparece el secretario de la Pastoral Social, Eduardo Contreras, como asesor espiritual del anexo.
Villegas Chávez explicó que hace ocho meses autorizó la promoción gratuita del anexo en los templos, porque desconocían los abusos que le atribuyen, a partir del rescate policial de 30 menores que el domingo denunciaron maltrato, vejaciones, golpes y abuso sexual.
El clérigo dijo que los encargados de ese anexo se aprovecharon de la buena fe de la Iglesia.
En consecuencia, informó que la propaganda de ese anexo será retirada de los templos, hasta que haya una aclaración de lo que ha sucedido en ese centro y de otros que están en la mira de la Secretaría de Salud de Guanajuato.
El religioso lamentó que se haya desvirtuado el servicio de atención a jóvenes con adicciones en algunos anexos, como el del barrio de San Juan de Dios, que dio origen a una investigación ministerial.
Los templos católicos respaldan a los jóvenes que deciden luchar contra las adicciones de cualquier tipo.
“Lo que habíamos hecho de buena fe era apoyarlos. Ellos se han acercado muchas veces a nosotros después de misa para solicitarnos un tiempo para publicitarse en el templo”.
Dijo que hay centros que están funcionando bien, como otros tres centros que desde hace dos años respalda la Arquidiócesis con la publicidad gratuita.
EL UNIVERSAL
domingo, 16 de mayo de 2010
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